Desperté y lo tenía frente a mis ojos. Me quedé en casa, trabajé a distancia, envié mis artículos para la revista. Era un día, divino, precioso. Llegó acompañado de unas rosas, mis favoritas. Todo espléndido, mi novio me alegró la mañana con tan dulce sorpresa, una experiencia (¡y no era mi cumpleaños!)
Al día siguiente, repetí la experiencia, esta vez la preparé yo, usé mis otras piezas Camusso. No por nada el desayuno es la comida más importante del día; según expertos, influye de manera directa en nuestra actividad intelectual y el estado de ánimo. Y con toda razón, hablé con mi jefa y le dije que iba a trabajar desde casa toda la semana, andaba inspirada.
Subí las fotos de mis desayunos a Instagram y fueron una sensación. Al día siguiente hablé con mi novio, me estaba sintiendo muy bien en casa, estaba creando un espacio bello donde interactuar, tome conciencia que tenía una casa y estaba construyendo mi mundo interior, lleno de belleza. ¡Quiero estar mucho tiempo aquí! Hice la propuesta y la aceptaron en la agencia. No esperé un desayuno así de espléndido, y menos que este, cambiara mi forma de empezar cada mañana.
Luego, empecé a tener reuniones de trabajo en mi estudio. Fue todo un evento, impresioné a mis clientes. Me encanta. Les seguiré contanto…